martes, 24 de agosto de 2010

Casos de gestión pública: Epidemiología por segunda vez

Era Septiembre de 2003. Es designado un nuevo ministro de salud y se nos invita a dirigir de nuevo el área epidemiológica. Ya habíamos estado en esta tarea tres años atrás donde logramos establecer una alianza importante con los epidemiólogos del país, habíamos avanzado organizativa y políticamente, atendimos la emergencia de Vargas,  acompañamos de manera importante en lo estratégico al ministro de la época y la rutina se siguió atendiendo. Sin embargo considerábamos que no  habíamos obtenido  ningún logro contundente y visible en el área.

Llegamos con la idea de concentrar nuestro esfuerzo esta vez en un área específica que diera algún resultado tangible para la salud de la gente. Creímos que era en el área de vacunas donde debíamos concentrarnos. Nos guiamos por criterios aprendidos en la práctica, donde se señalaba que en Salud Pública, lo que no se logre en vacunas, que son medidas preventivas altamente eficientes y de bajo costo, no se logra en otras intervenciones.  

Comenzamos por afrontar el brote de Fiebre Amarilla que se había extendido de manera importante a toda nuestra frontera zuliana con Colombia y amenazaba con avanzar hacia el resto del país por los llanos. Logramos blindarnos en lo que se refiere a la vacuna específica y emprendimos una de las vacunaciones más importantes que había tenido el país en los últimos años, después de la eliminación del sarampión en 1994. Durante los años 2003 y 2004 acumulamos un nivel muy alto de inmunización de la población en riesgo, sin precedentes en nuestra historia como lo muestra el siguiente gráfico del lapso comprendido entre los años 1941-2005.



Para ello aprovechamos un logro muy importante que había obtenido la Directora anterior de Epidemiología, nuestra amiga a quien le había entregado la Dirección en el 2000 y de quien la recibí en el 2003, que fue el fondo financiero para adquisición de vacunas que se abrió en el Istituto Nacional de Higiene (INH) con la aprobación de la Ministra durante 2001-2003.

Hasta ese logro,  el problema financiero y el proceso administrativo para adquirir vacunas manejado por la administración central del Ministerio era una verdadera tragedia. Al crear un fondo específico y una vía administrativa a través del fondo rotatorio de vacunas de OPS, se nos estabilizó el problema financiero y administrativo de la vacunación.  El nuevo Ministro nos dio un apoyo contundente desde el comienzo de nuestra gestión y eso permitió consolidar ese fondo y ampliarlo para el financiamiento de toda la logística necesaria para la vacunación. Así pudimos controlar el brote de Fiebre Amarilla e inmunizar a la mayor parte de la población contra la enfermedad .

Con un fuerte apoyo del primer Vice Ministro de Salud de esta gestión, nos planteamos un plan especial de vacunación para 2004 que llevamos a cabo con un éxito notable. Montamos para la ejecución del plan, lo que después llamamos una estrategia tipo sombrero que consistió en colocar por encima del PAI (Programa Ampliado de Inmunizaciones) un comando técnico-político que intentaba superar lo logrado hasta ahora por el programa, sin excluir su esfuerzo y su equipo en el nivel central y en todo el país. “Suprimir, conservar y superar”, como nos enseñó Samaja los saltos cualitativos de la dialéctica hegeliana. 

Preparamos el Plan y el Vice nos apoyó muy de cerca. El Ministro y el Director de comunicación de la época, políticos experimentados, se restearon con el Plan y logramos un avance contundente ese año, que logramos continuar los dos años siguientes. Tuvimos vacunas y recursos logísticos como nunca durante esos tres años. Al final nos satisfizo que nuestra gestión, que esta vez duró como la anterior poco más de un año, con continuidad de miras durante dos años más, estuvo anclada en una meta tangible para la salud de la población como son las inmunizaciones de nuestros niños y niñas principalmente, pero también los adultos.

En ese período nos aliamos con nuestro amigo y compañero de sueños, el Director de Salud Ambiental y Contraloría Sanitaria (luego Ministro) y el Presidente del INH y logramos conformar un equipo político-técnico que manejó de manera conjunta todo lo relativo a la actividad preventiva. Fue lo que el primero llamó nuestro liderazgo en la estructura del viejo MSAS. Cada semana nos reuníamos las tres áreas y planificábamos en conjunto todas las estrategias y actividades previstas para el control de problemas endémicos o de Salud Pública prioritarios o que iban surgiendo sobre la marcha.

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