Hay una faceta de nuestra experiencia pública que quisiéramos reseñar completa, aunque en escritos anteriores está reflejada a través de la reseña cronológica que venimos haciendo en este blog. Lo hacemos de nuevo en este escrito porque creemos tiene alguna relevancia verla como un todo. Nos referimos a nuestras iniciativas y experiencias en el área de la Salud Pública
1. 1970-1977. Pregrado Medicina ULA
2. 1977-1978. Médico Rural Hospital II El Vigía
3. Nuestra primera experiencia en el área de Salud Pública fue el Consultorio Popular de la Urbanización Páez de El Vigía, estado Mérida iniciada en 1977. El objetivo con esta iniciativa no fue orientado por ningún criterio teórico de la Salud Pública. Simplemente quisimos retribuir a los sectores populares, con nuestros conocimientos, el aporte de la humanidad a nuestra formación profesional, facilitándole el acceso a atención médica gratuita. Muchos médicos, médicas, enfermeros y enfermeras se sumaron a esta iniciativa. Muchos compañeros y campañeras de grado de médico, compañeras de trabajo enfermeras y enfermeros recién conocidos. Y por supuesto gente del barrio que prestó sus casas. Por supuesto, de por medio también había una motivación político-ideológica de los promotores, pero la mayoría se sumó por el sentido humano de la propuesta. Luego de un par de años aproximadamente la iniciativa comenzó a decaer. Primero se fueron retirando médicos y enfermeras. Luego hasta los pacientes dejaron de venir. La propuesta terminó por agotarse
4. Producto del éxito de esta iniciativa, promovimos en el Barrio San Isidro, segundo más poblado de El Vigía, una farmacia popular. La idea fue, dar de manera gratuita, muestras médicas que recogeríamos de los médicos del Hospital. Una familia prestó su casa para instalarla. Una pequeña vitrina mandamos a fabricar y se inició la experiencia. La misma no tuvo mayor viabilidad y pronto la cerramos
5. Años después, por los años 80, ya en nuestra segunda experiencia política en el área municipal, creamos el Centro Obrero Sur del Lago, que buscaba dar una plataforma organizativa a la lucha obrera y campesina de la zona, con el apoyo de la Central Unitaria de Trabajadores del Estado Mérida (CUTEM), filial de la Central Unitaria de Trabajadores de Venezuela (CUTV), central obrera comunista de Venezuela. Allí instalamos un consultorio médico popular, con cobro solidario como parte del aporte de Dora Contreras y mi persona a la construcción de esta iniciativa organizativa. La iniciativa, que tuvo mucha concurrencia de la gente, terminó en un consultorio privado para sustento personal, una vez se cerró la iniciativa del Centro Obrero Sur del Lago
6. Ya al comienzo de los 90, en el marco de la primera elección popular de alcaldes y gobernadores de 1989, surgieron dos propuestas casi simultáneas, que esta vez sí, tenían basamento conceptual de Salud Pública. Primero, a raíz de una huelga obrera del Hospital El Vigía, surgió la propuesta de estudiar la posible descentralización de ese hospital, en un acuerdo entre el Ministerio de Salud (MSAS), la Gobernación y la Alcaldía. Se creó una comisión especial para ello y presentamos una propuesta que fue muy bien acogida por los tres organismos. De esta propuesta surgieron varias iniciativas como fueron: El comité de Descentralización del Hospital que tuvo un funcionamiento débil y no se consolidó, La Fundación Hospital El Vigía (FUNDAHOVIG) que fue un instrumento muy activo de participación de sectores de la sociedad civil y de acuerdos con la Gobernación y Alcaldía, la Farmacia Popular en el Hospital, el servicio de odontología del Hospital que fue reforzado, un programa de odontología escolar con PDVSA que tuvo altísma relevancia para los niños de la ciudad, dotación de quirófanos y a posteriori la clínica del cáncer, entre otros. En el marco de la elaboración de esta propuesta visitamos tres experiencias novedosas de gestión en salud: Una fue el Hospital Los Samanes en Maracay, otra fue ASCARDIO en Barquisimeto y la otra el Ambulatorio Lazo de la Vega en Valera. En ASCARDIO nos entrevistamos con el líder de esa experiencia de Gestión, Dr. Bartolomé Finizola y le pedimos orientación para lograr avances como los que estábamos intentando en nuestra experiencia en El Vigía. Nos indicó que un factor clave era formarse en el área de Salud Pública o en su defecto conseguir gente formada en esa área. Esto disparó para nosotros el interés de formarnos en el área, que poco después logramos iniciar
7. Mediante un acuerdo del Dirección Regional de Salud y la Alcaldía del Municipio Alberto Adriani, se nos postuló para realizar Curso Medio Salud Pública en la Universidad de Los Andes, ganamos el concurso y culminamos el mismo con éxito en Febrero de 1992
8. Ese mismo año, propusimos a la Alcaldía la propuesta de un Programa de Atención Primaria de Salud que abarcó 20 barrios de la ciudad y combinó atención médica primaria con actividad comunitaria a través de equipos de salud que hicieron actividad de seguimiento social de salud familiar, saneamiento ambiental, etc. Esta actividad fue precursora o similar a los Núcleos de Atención Primaria (NAPS) de Aragua que surgieron por esa misma época y posteriormente a lo que fue Barrio Adentro 1 a partir de 2003
9. En este mismo proceso que dio origen a las dos propuestas anteriores, diseñamos el Sistema de Salud del Municipio Alberto Adriani, que implicó entre otras cosas, el incremento de la red ambulatoria en el Municipio, con el apoyo de la gobernación del Estado. Esta propuesta fue publicada por la Alcaldía del Municipio
10. El 01 de Marzo de 1992, se nos asignó el cargo de Jefe del Servicio de Epidemiología del Distrito Sanitario El Vigía del MSAS, que estuvimos dirigiendo todo el año 92, entre otras cosas, en medio de una epidemia de cólera a nivel nacional, que nos obligó a una labor intensa en ese sentido
11. Fuimos postulados por la Dirección Regional de Salud para realizar Postgrado de Epidemiología en la Universidad Central de Venezuela (UCV), ganamos el concurso, en Enero de 1993 nos vinimos a Caracas a cursarlo y terminamos el postgrado con éxito en Mayo de 1994
12. Recién finalizado el postgrado, participamos en un breve curso de refrescamiento de Salud Pública, de alta importancia política, a un grupo de aproximadamente 20 profesionales, entre los cuales estaba Alberto Rondón, que se preparaban para asumir la Dirección Regional de Salud de Trujillo, en el nuevo escenario político de triunfo electoral de Caldera II, con la alianza llamada chiripero, entre los cuales estaba el Partido Comunista de Venezuela, partido que postulaba a algunos de los integrantes de este grupo, entre ellos a Rondón. Este curso nos abrió las puertas para nuestra siguiente tarea que fue nuestra primera experiencia en el nivel nacional en el entonces Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS)
13. Alberto Rondón hizo contacto con Oscar Feo, con quien coincidió como internacionalista en Nicaragua en los primeros años de la Revolución Sandinista. Este era el Director General Sectorial de Salud (DGSS) del MSAS, del recién nombrado Ministro Carlos Walter, masista que apoyaba al Presidente Caldera. Feo buscaba cuadros políticos y técnicos para apoyar en su gestión, Rondón y el Dr. Sotillo, comunista trujillano, lamentablemente desaparecido, le propusieron nuestro nombre para integrar su equipo. Nos entrevistamos con Feo aproximadamente en el mes de Julio de 1994. El 14 de Octubre de ese año estábamos comenzando a trabajar en Caracas como Jefe de la División de Atención Médica Ambulatoria. El período que estuvimos al frente de esta responsabilidad fue muy corto (tres meses) y lo más importante que hicimos en ese lapso fue formar parte del equipo político de la DGSS, que encabezaba Oscar Feo, lo cual fue una experiencia política invalorable. Sin embargo alcanzamos a promover y lograr la designación de responsables de la atención ambulatoria en los 24 estados del país y a realizar un primer taller nacional de atención ambulatoria. Tuvimos una diferencia importante con lo que OPS promovía como novedad, luego del fracaso de los llamados Sistemas Locales de Salud (SILOS), que fueron los llamados Municipios Saludables. Como logro que podemos recordar estuvo un plan de capacitación financiado con Recursos del Banco Mundial, el PDS, que a la postre dirigió Alberto Rondón
14. En Enero de 1995, Oscar Feo nos informó que habíamos sido designados para dirigir la nueva Dirección Técnica de Programas (DTP), creada en la recién aprobada reestructuración del Ministerio y que se encargaría de la mayoría de los llamados programas preventivos o verticales del Ministerio. Fue una experiencia extraordinaria, donde probablemente nos graduamos de cuadro político y técnico de salud en el ámbito nacional. Iniciamos el contacto y coordinación de un grupo de trabajo con integrantes, entre otros, de los programas nacionales de Tuberculosis, VIH-SIDA, Cáncer, Diabetes, Enfermedades Cardiovasculares, otras enfermedades crónicas, Salud Mental, Salud Bucal, Accidentes y hechos violentos, entre otros. Fue un foro de un inmenso aprendizaje para nosotros, aunque desde el punto de vista de los cambios que debíamos impulsar en el área, los mismos no llegaron a ser espectacularmente visibles. Creemos que iniciamos en esa área un proceso de cambios que luego fuimos retomando en otros espacios y momentos, sobre el cual aún tendríamos mucho por recorrer, pero definitivamente fue una experiencia muy aleccionadora y crucial para nosotros. Diseñamos una propuesta estratégica de cambio de los Programas de Salud que llamamos “Repensamiento de los programas” y que fue publicada por OPS. Una compañera hizo una tesis de grado sobre planificación de los programas de salud en al marco de su maestría de Planificación en la UCV. Este proceso se vio interrumpido por la destitución del Ministro Walter a finales de ese mismo año, pero los fundamentos de la misma fueron luego recogidos y desarrollados en la experiencia de descentralización de la salud en el estado Aragua y años después en un segundo intento coordinado por nosotros, en el marco de la creación del Despacho del Vice Ministro de Salud Colectiva (2005-2006)
15. En Mayo de 1996, fuimos invitados por Oscar Feo, designado Director Regional de Salud de Aragua, estado descentralizado desde 1994, a participar en esa experiencia de gestión. Formamos parte del equipo estratégico de gestión que lo encabezaba el propio Oscar más Gilberto Rodríguez Ochoa, Luis Valera, Humberto Trejo y nosotros. Conocimos de cerca esa gestión y contribuimos a impulsar cambios importantes que caracterizaron la misma. Uno de ellos crucial fue la desconcentración del manejo del presupuesto de la región, de la Dirección Regional a las Direcciones Municipales de Salud, lo cual produjo un salto enorme en cuanto a eficiencia y calidad de la gestión, además que contribuyó a conformar un equipo joven de relevo en el campo de la gestión pública en salud
16. Como parte de la experiencia de Aragua, surgió la idea de diseñar un Postgrado de Salud Pública con el fin de formar el equipo de relevo que fue surgiendo en esta gestión. Nos tocó coordinar la comisión de diseño del postgrado y una vez aprobado, el inicio de la primera cohorte del mismo. Fue una experiencia de gestión muy importante donde, bajo la conducción de Oscar Feo, tuvimos que manejar alianzas institucionales con la Escuela de Malariología del MSAS y la Universidad de Carabobo (UC). Así mismo nos tocó la tarea de coordinar la participación de diversos actores políticos, técnicos y académicos en el diseño y arranque del postgrado, entre los cuales hubo figuras internacionales de la Medicina Social como Juan Samaja, Pedro Luís Castellanos, Mario Testa, Edmundo Granda, Rutilia Calderón, entre otros, figuras nacionales como Oscar Feo, María Urbaneja y otros y cuadros de Aragua y nacionales como Mireya Prieto, Freddy Mejía y María Vale, entre otros. No fue fácil todo este proceso por la diversidad y jerarquía de los actores en juego, pero logramos diseñar el postgrado, su aprobación por la UC y el Consejo Nacional de Universidades (CNU) y el inicio de la primera cohorte. En cierto sentido fue similar a la experiencia de los programas de salud, por la alta jerarquía técnica y/o política de los cuadros que nos tocó coordinar. Otra cosa fue lo que ocurrió después con este postgrado, que nunca logró ser como quisimos, un espacio privilegiado para una formación en Salud Pública con los criterios más avanzados del continente y terminó siendo un postgrado de gestión o gerencia en salud, que en nuestra humilde opinión no trascendió como modelo nacional de formación en el área, aunque es justo reconocer que ha tenido y tiene aún utilidad en formación de gerentes para el sistema de salud del país
17. A comienzos de 1999 se inicia un nuevo gobierno y es designado Ministro nuestro querido Gilberto Rodríguez Ochoa. Oscar Feo, muy cercano a él le sugiere que nos designen en la Dirección de la Escuela de Malariología y nosotros no compartíamos la propuesta porque nuestra corta experiencia en el diseño del postgrado nos indicaba que no teníamos perfil y capacidad para esa tarea. Al contrario la Dra. Alcira Barbera, Directora de Malariología recién designada por Gilberto, nos propuso encargarnos de la Dirección de Endemias Rurales del MSAS, una de las áreas programáticas de Salud Pública más importantes del Ministerio y del País, basada en la experiencia anterior que habíamos tenido en la Dirección Técnica de Programas. Aceptamos esta propuesta y nos encargamos de esta Dirección por un corto período de 3 o 4 meses. El escenario fue muy complejo. Se trataba del área técnica dirigida históricamente por los médicos de Malariología que eran un inmenso poder técnico, administrativo y político. Intentamos producir cambios al estilo gerencial tradicional, muy centrado en el gasto de inmensas cantidades de dinero en vehículos, gastos de movilización de personal y compra de insecticidas, guiándonos por una mayor sabiduría del Ministro que había sido Director de esa área y por la estrategia mundial de la OPS de “Hacer retroceder el paludismo” que promovía una forma más racional de combate a esta enfermedad menos centrada en el método clásico. Hicimos puente con sectores técnicos y políticos del área y logramos conformar un equipo valioso para dirigirla. Lamentable o afortunadamente el Ministro nos llamó en un corto período a cumplir otras funciones y el equipo conformado quedó encargado del área y posteriormente de toda la Dirección de Malariología. Si algún logro podemos exhibir en esta experiencia, fue esa alianza trazada y concretada con ese equipo que posteriormente fue protagonista en la conducción de esa área bajo el mando del Ministro Rodríguez Ochoa
18. En Junio de 1999 fuimos llamados por el Ministro a encargarnos de la Dirección General Sectorial de Epidemiología del MSAS por desacuerdos que surgieron con el entonces Director recién nombrado, Dr. Oswaldo Godoy, maestro de gran trayectoria en el área. Realmente, aunque en nuestro proceso de formación estudiamos Epidemiología, nunca nos propusimos ejercer en esa área técnica sino más bien hacer uso de ese cuerpo de conocimientos para un mejor desempeño en la formulación y ejecución de políticas de salud. Pero la vida nos colocó ante el reto de conducir esta área técnica en todo el país, lo cual nos parecía de una enorme complejidad. Aceptamos. De nuevo fue un reto como varios de los anteriormente asumidos. En principio intentamos una alianza con los mejores técnicos del área que había en el nivel nacional y en los estados sin importar su posición política. La estrategia fue exitosa y nuestra prueba de fuego fue la tragedia de Vargas, ocurrida en el país en Diciembre de ese mismo año, donde nos correspondió coordinar el equipo de Epidemiología y Ambiente que atendió la tragedia. Luego surgió la propuesta de transformar esa área más en función de su aporte al diseño y seguimiento de políticas de salud, preservando su fortaleza histórica en vigilancia epidemiológica de enfermedades transmisibles y nos correspondió conducir el proceso de transformación de esa Dirección General Sectorial de Epidemiología en una nueva Dirección General de Epidemiología y Análisis Estratégico, incluyendo la fusión con áreas homólogas del Ministerio de la Familia que fue unificado con el Ministerio de Sanidad, en el surgimiento del nuevo Ministerio de Salud y Desarrollo Social (MSDS). La experiencia fue muy enriquecedora y logramos acompañar de cerca la gestión del Ministro Rodríguez Ochoa, en los asuntos estratégicos y de diseño y ejecución de nuevas políticas sociales y de salud. Ese diseño y propuesta de esa nueva Dirección de Epidemiología, aunque perduró durante el ejercicio de varios ministros que sucedieron a Rodríguez Ochoa, hoy día pareciera que de nuevo ha retrocedido a una simple dirección de vigilancia epidemiológica de transmisibles, como históricamente fue, perdiendo el componente estratégico y político que quisimos darle al área
19. Nuestro acompañamiento cercano a la gestión del Ministro Rodríguez Ochoa y nuestra lealtad incondicional a su liderazgo, nos llevó en el momento de que surgieron diferencias entre el liderazgo del más alto nivel del Ministerio, a que el Ministro propusiera nuestro nombre para ocupar el cargo de Vice Ministro de Salud en Septiembre de 2000. Aceptamos y una noche nos llamó y hubo más o menos este diálogo. El ministro nos dice: “José, te fregaste, el Presidente firmó tu nombramiento como Vice Ministro de Salud, eso le pasa a los que se la pasan leyendo a Mario Testa”, le dijimos: “Me preocupa esa responsabilidad porque siento que soy muy teórico para una tarea tan exigente”, el nos replicó: “No importa, para eso estoy yo”. E iniciamos un corto período de acompañamiento de la gestión de Gilberto al frente de esa gran responsabilidad. Decidimos dedicar nuestra gestión a tres grandes prioridades: La Atención Integral y para eso nos acercamos a la lideresa de esa area, Nora López, la atención hospitalaria y para eso recurrimos a un grupo de expertos en gestión hospitalaria en todo el país encabezado por José Guerrero, Director del Hospital Universitario de Caracas para la época y la transformación organizativa interna del Ministerio que el Ministro venía impulsando, tratando de crear un ministerio menos vertical y parcelado tanto en las tareas técnicas como administrativas y para ello trabajamos con líderes y lideresas de la gestión como Noelva López, Miriam Morales, Vilma Pacheco, Pasqualina Curcio y William Hernández, entre otros. En esas tareas, nos encontró la renuncia del Ministro a principios de 2001 y su posterior sustitución del 06 de Marzo de ese año
20. Nos replegamos de nuevo a Aragua, pero esta vez le pedimos al Ministro Rodríguez Ochoa que nos ubicara en el recién creado Instituto de Altos Estudios de Salud Pública (IAESP), que antes era la Escuela de Malariología. Nuestra intención fue dedicarle el resto de nuestro vida activa (11 años nos quedaban en ese momento) a la actividad de formación de recursos humanos para una nueva Salud Pública y por ello nos fuimos a esa institución. No fue fácil el tránsito de la gestión pública activa a la academia. En el intento que duró unos dos años, nos dimos cuenta que no teníamos la experticia y la humildad para comenzar de nuevo a esas alturas, una nueva carrera, en este caso la carrera académica, además de que luego se descubrió un proceso depresivo importante que se nos venía desarrollando sin darnos cuenta y que nos dificultó aún más el proceso de adaptación a la nueva tarea, que de paso tuvo cambios muy drásticos bajo la gestión de la nueva Ministra María Urbaneja. Aún así llegamos a ocupar el cargo de Director de Gestión Académica, segundo abordo en la institución, tratando de apoyar a las lideresas del área Evelyn Escalona y Pasqualina Curcio y al final salimos de esa responsabilidad por razones de salud. En Marzo de 2003, abandonamos el intento de hacer carrera académica y aceptamos una nueva propuesta que se nos hizo desde el campo de la gestión en otra institución del Ministerio de Salud
21. Nos fuimos a coordinar la Sala Situacional de Salud Ambiental, de la Dirección General de Salud Ambiental y Contraloría Sanitaria del Ministerio de Salud. Allí realizamos un trabajo de análisis y seguimiento estratégico de la gestión, como parte del equipo de apoyo del Director General y su equipo directivo. Fuimos recopilando información de diverso tipo sobre el área y haciendo seguimiento y monitoreo a los asuntos de alta relevancia política y técnica de la gestión, principalmente del área de Salud Ambiental de la Dirección. Una de las cosas que logramos detectar y contribuir a tomar las medias políticas y técnicas oportunas en ese período fue lo relativo a la epidemia de Fiebre Amarilla que afectó al país en ese año
22. Y se vino un nuevo cambio de Ministro. El nuevo designado, Roger Capella, tenía como segundo a bordo a Jacobo Mora, con quien nos conocíamos desde la universidad y habíamos coincidido en relaciones políticas, pero además como Director Regional de Salud de Anzoátegui, nos había acompañado como aliado de la gestión del Ministro Rodríguez Ochoa y había visto el trabajo de transformación de Epidemiología en un área estratégica. Este más Francisco Armada, amigo de hacía varios años y Director de Salud Ambiental, nos propuso encargarnos de nuevo del área epidemiológica del país y aceptamos. Centramos esta nueva gestión en el área en un gran objetivo estratégico que fue fortalecer la lucha contra las enfermedades prevenibles por vacunas. Durante 2 años hicimos un esfuerzo extraordinario denominado Plan Nacional de Vacunación, que funcionó por encima y junto con el tradicional Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI). El éxito fue notable y una expresión de los logros de esa época fue la alta cobertura de vacunación que logramos, sin precedentes en el país, a propósito de la epidemia de Fiebre Amarilla. También nos sumamos con Francisco Armada, para crear un comando técnico permanente para la lucha y control de enfermedades endémicas y epidémicas, lo que llamó Armada el equipo del “viejo MSAS” que nosotros encabezamos con un éxito notable
23. De aquí Francisco Armada saltó al cargo de Ministro de Salud y nos propuso ocupar de nuevo el cargo de Vice Ministro de Salud, lo cual aceptamos y el Presidente aceptó. En esta oportunidad el cargo se puede dividir en dos etapas totalmente diferenciadas. Una primera en la que recibimos la instrucción de manejar toda el área de salud, incluyendo la coordinación del manejo del Presupuesto, lo cual fue fuertemente cuestionado por uno de los grupos internos de la gestión. Quizás lo más destacado de esta etapa fue el arranque de lo que luego se denominó Barrio Adentro 2, el diseño de una propuesta para fortalecer la atención hospitalaria denominada Barrio Adentro 3, el trabajo con los Comités de salud como parte de la red del poder popular en salud y todo lo relativo a las áreas de Salud Pública que ya habíamos manejado en conjunto con el Ministro en épocas anteriores, desde espacios de Directores Generales
24. La segunda parte tuvo que ver con una nueva reestructuración del anterior Ministerio de Salud y Desarrollo Social (MSDS), para convertirlo en el Nuevo Ministerio de Salud, que entre otras cosas creó tres nuevos Despachos de Vice Ministros: Redes de Servicios de Salud, Redes de Salud Colectiva y Recursos Para la Salud, correspondiéndonos el papel pionero de diseñar y encabezar en su etapa de implantación del despacho del Vice Ministro de Redes de Salud Colectiva. Fue una hermosa y rica construcción colectiva que terminó en un Despacho dirigido por una decena de cuadros políticos y técnicos de altísimo nivel y una integración envidiable. Es probablemente el colectivo político-técnico más avanzado que nos haya tocado coordinar, encargado de todo lo relacionado con las políticas de salud destinadas a los colectivos humanos, más allá de la salud individual y de los servicios de atención médica. Entre los proyectos impulsados y los logros obtenidos, podemos destacar la continuidad del fortalecimiento de las inmunizaciones en el país, la creación del servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria, los avances en el control del consumo de tabaco, la reorganización de los programas preventivos en proyectos integrados, entre los que se destacó la lucha contra el cáncer y contra el VIH-SIDA, entre otros, la lucha contra la mortalidad infantil, a través del llamado Proyecto Madre, La propuesta de Promoción de la Salud, etc. Esta construcción en nuestra opinión no sobrevivió a nuestra gestión en lo conceptual, aunque quedó plasmada formalmente en el Reglamento Interno del Ministerio, que aún hoy se mantiene
25. Fuimos relevados de la alta Dirección del Ministerio en Enero de 2007, inmediatamente después de la reelección del Presidente en Diciembre del año anterior. El perfil de los que nos sustituyeron fue el de cuadros más “políticos”, de hecho ex diputados a la Asamblea Nacional. Por ejemplo la nueva Vice Ministra que nos recibió nos dijo que iba a estar poco tiempo en ese cargo porque el Presidente iba a “destruir ese Estado burgués” para crear uno nuevo. Nosotros, ya quedándonos cinco años de vida activa, comprendimos que habían concluido definitivamente nuestras incursiones en gestiones de alto nivel de la salud Pública venezolana, con la experiencia acumulada antes descrita. Nos abrimos entonces a incursionar en otras áreas dentro o fuera de la administración pública venezolana y fuimos invitados a hacer una evaluación estratégica de un proyecto multipaís de control de Malaria el llamado PAMAFRO impulsado por el Organismo Regional Andino de Salud (ORAS-CONHU) y financiado por un organismo internacional, con sede en Perú y que era dirigido por el ya conocido amigo Oscar Feo. Nos correspondió conocer y trabajar con el equipo multipaís ubicado en Lima y visitamos los equipos de países del propio Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, incluso con una mirada de campo muy cercana que nos permitió conocer de cerca el desarrollo del Proyecto en toda su dimensión y el cuadro de actores y actoras involucrados, desde el más alto nivel Ministerial, hasta los ejecutores directos del Proyecto. La experiencia tuvo para nosotros mucha importancia, porque una vez más pudimos poner en práctica nuestro método de trabajo basado en el pensamiento estratégico, que fuimos llevando a la práctica durante buena parte de las experiencias de gestión en las que nos tocó participar
26. Y luego de una breve pasantía por el Instituto Nacional de Nutrición en Marzo-Abril de 2007, desde Noviembre de ese año, nos vinimos a acompañar a Marilyn Diluca en su gestión como Directora Ejecutiva de esta institución que había comenzado su gestión en Octubre de 2006, cuando el Presidente la designa, luego de una enriquecedora experiencia de trabajo conjunto en el equipo de Salud Colectiva, que describimos anteriormente. Acá nos ha correspondido seguir de cerca una gestión muy importante y exitosa que ya se acerca a los 6 años, en un área fundamental de la vida humana como es la alimentación y la nutrición. Esta experiencia comienza en el Sector Salud y desde hace ya casi dos años en el sector Alimentación, incluyéndonos en lo que es la política pública de seguridad y soberanía alimentaria. Entre las tareas pendientes que tenemos en una gestión que está en pleno desarrollo, probablemente estará darle una mirada a esta política pública desde el campo del fortalecimiento de promoción de la salud y la calidad de vida y no desde la enfermedad que es el fuerte de nuestros Ministerios de Salud, donde como dejó dicho para la posteridad Edmundo Granda, no se hace Salud sino Enfermologia Pública
Espacio para el intercambio de experiencias en gerencia pública, con énfasis en el Sector Salud y en el componente humano de la misma. La interacción humana es crucial para cualquier asunto de la vida. Aspiramos, con el aprendizaje de nuestras experiencias y las de otras personas con quien compartamos o hayamos compartido, más la incorporación de los avances del conocimiento teórico y filosófico en materia de intersubjetividad, ayudar a enriquecer y fortalecer el campo de lo público
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