miércoles, 31 de julio de 2013

Política, ideología, ética y gestión pública


Políticos experimentados plantean que no se puede ser rígido en lo ideológico si se está inmerso en la arena política. Algunos señalan que el que quiera ser rígido en lo ideológico, mejor se dedique a la actividad académica, por ejemplo y no a la actividad política.

Le doy cierta razón a esas afirmaciones, aunque ello no implique la ausencia de principios ideológicos. La vocación política requiere condiciones especiales que no todos tenemos. Entre otras un tremendo esfuerzo físico y mental,  sacrificios personales y familiares.

También hay una relación con la ética que suele ser obstáculo para ejercer la política. Así como la rigidez ideológica puede obstaculizar el ejercicio de la política, la ubicación ética de la persona también puede ser un obstáculo para la política. La ética en la política no es que no exista, pero se acomoda al objetivo político o a la postura ideológica del actor.

Por ello me cuento entre los que, aún cuando alguna vez en mi vida ejercí la política activa, no creo tener vocación para tan exigente oficio.

No soy antipolítico, soy de los que cree que la política es una de las actividades más complejas, maravillosas y útiles de la humanidad. Soy observador e inquieto de la política, pero no la ejerzo por considerar que no tengo suficiente capacidad y vocación para ello.

Prefiero dedicarme a la gestión pública, que se relaciona con la política e incluye el análisis político y estratégico, pero no es actividad  política propiamente dicha.

martes, 16 de julio de 2013

Mario Testa: Asalto al poder vs guerra de trincheras


“... de una u otra manera –como ejemplo positivo o negativo- la historia política del siglo actual en los países capitalistas se encuentra ligada a lo ocurrido en la vieja Rusia –o la nueva Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas- a partir de 1917”

“Esa historia... tiene importancia para nuestro propósito de identificar el pensamiento estratégico porque sus episodios y sus consecuencias se han cristalizado en las concepciones de muchos intelectuales y –mucho más importante- en muchos activistas, militantes o simples participantes u observadores de la política –global, de salud- con efectos que considero negativos para los propósitos de transformación –de la sociedad, de la salud- que es mi confesado interés.”

Supuestos implícitos de la estrategia del asalto al poder:

1.    Confusión de un episodio histórico (asalto al Palacio de Invierno) con la historia (toma del poder en la Rusia de 1917)
2.    La lógica del episodio histórico se convierte en lógica de la historia: “la estrategia de enfrentamiento total es eficaz para conquistar el poder y transformar la sociedad”

·         Papel de las organizaciones en estos procesos, tanto desde el punto de vista de la lógica organizativa (de gestión, de organización y de procesos), como de la organizaciones en cuanto cristalización de la historia

“El saber y la práctica descritos constituyeron y siguen constituyendo la ideología de muchos grupos que en los países del continente (y también en otras regiones del mundo), lucharon en la décadas recientes por transformar las sociedades actuales en otras más justas. Salvo escasísimas excepciones, todos fracasaron”

“...la guerra de trincheras. Se trata de una forma de lucha desde posiciones adversas a las dominantes, pero que en lugar de privilegiar una acción rápida y definitiva plantea la ocupación paulatina de espacios que van siendo transformados paso a paso en posiciones firmes -trincheras-  desde donde es posible realizar nuevos avances a medida que se presenten coyunturas favorables, o simplemente mantener la posición esperando la oportunidad.

¿Cuál es el saber que sostiene esta postura?: es la convicción de que la sociedad moderna brinda espacios sociales virtuales que pueden convertirse en espacios reales de lucha política, que no se encuentran cerrados los caminos de avance hacia propuestas transformadoras. La práctica de ese saber no es otra que la democracia formal que postulan los países capitalistas democráticos, de modo que la ideología de la guerra de trincheras es la ideología democrática, que para quienes comparten la otra -la de asalto al poder- es inmediatamente catalogada con sentido peyorativo como reformismo.

La diferencia fundamental que existe entre las dos estrategias analizadas es que la segunda es no sólo postulada por algunas de las fuerzas sociales que luchan por la transformación, sino también por las que son partidarias de la reproducción de la sociedad sin cambios. Esto crea las condiciones para generar una contradicción en el campo de las fuerzas que postulan cambios, al definirse por una u otra de las estrategias planteadas, con el agravante de que una de ellas es compartida por los grupos a los que supuestamente se intenta derrotar.”

“..Lo que todos los relatos dicen, con claridad meridana, es que la conquista del poder no se produce ni por una estrategia de asalto al Palacio, ni tampoco por una guerra de trincheras, sino por una estrategia combinada que incluye en distintos momentos episodios de uno y otro tipo, que no pueden entenderse aisladamente..”

 

Mario Testa 1995