Hemos tenido varias experiencias directas en materia de participación popular en la lucha por sus reivindicaciones en general y en salud en particular. También hemos compartido experiencias de participación de otros sectores sociales en esta área.
Cuando éramos estudiantes universitarios, al principio de los 70 participamos en dos barrios de Mérida (Pueblo Nuevo y Campo de Oro) en actividades culturales y sociales. También instalamos consultorios médicos populares que atendíamos con jóvenes profesionales que se incorporaron a la iniciativa.
En El Vigía a finales de los 70 creamos un consultorio médico popular en la Urb. Páez con participación de habitantes de esa comunidad y médicos y enfermeras del Hospital de la ciudad. También creamos una farmacia popular en el Barrio San Isidro con la gente de esa comunidad.
Luego tuvimos una dilatada experiencia de creación de una organización comunitaria de lucha por sus reivindicaciones sociales llamada la Coordinadora Popular de Barrios de El Vigía que abarcó no menos de 40 barrios de la ciudad. Esa quizás fue nuestra experiencia más importante en el tema.
A comienzos de los 90 tuvimos dos experiencias casi simultáneas de participación social en salud. Una fue la participación de organizaciones gremiales y económicas de la ciudad de El Vigía en los que fue la propuesta del Sistema Municipal de Salud, bajo el liderazgo de Orosmán Rojas, primer alcalde electo popularmente en la ciudad, que tuvo como centro a la Fundación Hospital El Vigía (FUNDAHOVIG).
La otra fue el Programa de Atención Primaria de Salud de la Alcaldía de El Vigía, que abarcó 20 barrios y combinó actividades de atención médica con organizaciones comunitarias de salud que hacía actividad preventiva.
Estuvimos relacionados, o conocimos indirectamente la experiencia que impulsó LW y otros compañeros en la zona panamericana del estado Mérida con comités de salud por un territorio que abarcaba 7 Municipios del estado.
La última experiencia en la que nos incorporamos y ayudamos a impulsar fue la del movimiento de comités de salud surgido de la creación de Barrio Adentro 1, el cual intentamos fortalecer y hacerlo protagónico durante la gestión de FA, particularmente con el Proyecto Madre, tratando de que este movimiento se consolidara y pasara de una actividad meramente auxiliar del médico y el consultorio popular, en una actividad territorial en su ámbito de influencia, hacia la promoción de la salud, la prevención y la reducción de la mortalidad infantil y materna.
Con esa iniciativa, intentamos constituir este movimiento en un verdadero actor social de carácter nacional, que guiara una nueva relación del Ministerio de salud con la vida cotidiana de la gente, partiendo de la creación del área de Salud Colectiva de ese Ministerio. También esa gestión impulsó la contraloría social, a través de los comités de salud, en la creación de Barrio Adentro 2.
A nuestro juicio, dos razones por las cuales este intento no se consolidó por el surgimiento de la Ley de Consejos Comunales, que guió la participación popular hacia otras prioridades y por el cambio de los actores que promovíamos el empoderamiento de los comités de salud en Enero de 2007.
Con base en esta experiencia intentaremos plasmar en este escrito algunas ideas, conclusiones prácticas y criterios que nos hemos formado durante todos este tiempo con relación a la participación social en salud.
El desvío de una potencialidad:
La participación social en salud es un tema de alta relevancia en diversos foros sobre las políticas sociales y de salud de los países. Varias veces hemos participado y escrito sobre iniciativas en este asunto que consideramos de primer orden para políticas de salud vigorosas y efectivas en cualquier parte.
Lo que nos dicen las experiencias vividas indica que en nuestro país siempre las comunidades participan en el mejoramiento de su salud. Las mujeres en particular, son constantes actoras en la lucha por la salud pública. La madre es una actora clave en la salud de sus hijos y su familia. Está establecido que las madres intervienen de manera determinante en la salud de sus hijos y su familia. El grado de conocimiento de la madre en salud incide de manera indiscutible en todo lo relacionado con la prevención y atención de enfermedades y con la salud y la calidad de vida.
El asunto es que frecuentemente la lucha por la salud de las comunidades, se convierte en lucha por la atención médica, dirigida por los médicos y demás trabajadores de la salud y no en lucha por la salud real. Es lo que se ha denominado el manejo utilitario de la participación social, en función de la actividad de los servicios de salud y sus trabajadores y trabajadoras. Una visión vertical y dominante, mediante la cual “los que saben”, los “especialistas” le dicen a los “ignorantes”, a los “legos”, qué es lo que hay que hacer en términos de participación social en salud.
Las iniciativas institucionales en el campo de la salud, es decir, las iniciativas “desde arriba”, por más acertadas y correctas que sean desde el punto de vista técnico, con mucha frecuencia no se encuentran con las necesidades y demandas de la población en esa misma materia.
Es frecuente que las demandas de la gente en salud no tengan espacio en la institucionalidad del área, no sean atendidas ni tenga respuestas oportunas. A veces nos parece un diálogo de sordos: por una vía transcurre la acción institucional de “arriba abajo” y por otra las demandas e iniciativas que surge den la gente, es decir, de “abajo arriba”
Lo que si es frecuente es el encuentro entre la actividad asistencial médica y la necesidad de la gente en este sentido. Pero pareciera que esta es la relación más primitiva que se da entre la gente y el área técnica en el campo de la salud y es además una relación totalmente vertical y dominada por el médico. Incluso el medicalismo está culturalmente arraigado en el pueblo
La visión colectiva, social, poblacional de la salud no es una visión extendida en la población. Domina la visión medicalista
No nos parece acertado y es poco viable una estrategia poblacional de promoción de la salud o de prevención de enfermedades, donde no se produzca ese encuentro entre Estado y comunidad. De lo contrario el esfuerzo será mayor y estará determinado únicamente por la fuerza o el poder administrativo vertical del Estado y se encontrará muchas veces con la indiferencia e incomprensión de la gente y no pocas contra de la voluntad popular.
La participación y los territorios sociales:
Consideramos fundamental asociar la actividad participativa de la población en salud, a un territorio social determinado, llámese barrio, sector, parroquia, etc. Preferiblemente debería tratarse de un territorio social donde haya condiciones comunes de vida, fundamentalmente en cuanto a la vida en comunidad, tanto en lo económico, como ambiental, social y cultural.
Normalmente la participación social en salud se da en torno a un establecimiento de servicios de salud y a la actividad de atención de la enfermedad. Si se logra partir de la vida cotidiana de la gente en general, asociada a la salud y la calidad de vida y no únicamente al tema de la atención de la enfermedad, el proceso reivindicativo y participativo de la población en la salud, se hace más integral y profundo. Por ello es importante que los sistemas de salud sean delimitados y definidos territorialmente.
A continuación, algunas ideas sobre la experiencia de nuestra vinculación al movimiento de comités de salud en los años 2005 y 2006:
Una nueva relación del Ministerio con la vida cotidiana de la gente
… Una queja siempre ha habido en esta relación de parte de los líderes comunitarios y de los compañer@s encargados de la relación directa con ellos: Hay la impresión de que el Ministerio no da respuesta oportuna y adecuada a las demandas comunitarias que nos llegan a través de los líderes de los comités de salud o de que algunas veces la respuesta del Ministerio va por un lado y la demanda de las organizaciones populares van por otro…
… Un estudio reciente sobre la misiones sociales, aún no publicado, indica que los comités de salud han sostenido Barrio Adentro con las uñas, sin apoyo suficiente de las instituciones del Estado. Sostienen Barrio Adentro muchas veces con sus propios recursos y el apoyo institucional del Estado es insuficiente, tardío y a veces poco coordinado con los Comités de Salud…
…Pareciera haber la oportunidad de que surja de este proyecto la posibilidad de establecer una relación más estrecha, coordinada y consecuente con esta organización popular que implique apoyo efectivo, transferencia de recursos de poder y a la vez lograr que el Ministerio reorganice su respuesta institucional en torno a la orientación y demandas surgidas del seno del pueblo a través de sus organizaciones naturales, superando la relación medicalizada históricamente mantenida con las comunidades organizadas y lograr así que el movimiento popular gane autonomía para la lucha por la salud y la calida de vida. Esto por supuesto es una posibilidad que tendría que ser trabajada de manera muy intensa, audaz y sostenida desde el Ministerio de Salud para que una oportunidad como esta no termine nuevamente en una frustración…
DVMSC Abril 2006
El Movimiento de Comités de Salud y la Salud ColectivaNotas para la discusión
Un camino claramente establecido
Muchos han sido los intentos de trasformar el sector salud y formular políticas realmente vinculadas a nuestra realidad. Para sólo hablar de lo que hemos intentado en los últimos 7 años podemos hablar del MAI, la creación del SPNS, el PES y Barrio Adentro. Ayer en la movilización del primero de Mayo de nuevo se hizo visible que el cambio del Ministerio viene por un camino que viene ganando terreno y si no es por allí, nunca llegará.
Ese camino es el impulso de la actividad de salud desde las necesidades y la participación consciente y protagónica de la gente. Consciente significa formación político-ideológica-técnica de la gente. Protagónica implica autonomía en cuanto a fortalecer la capacidad propia de gestión, aunque en lo referido a planificación implique negociación con otros organismos con quienes pueda aliarse, estando en primer lugar el Ministerio de Salud.
El instrumento para impulsar este camino es el movimiento de Comités de Salud (MCS) que surge con Barrio Adentro y que recoge toda una experiencia anterior del movimiento popular en este sentido.
Superando el desencuentro Estado-comunidad
Existe un desfase entre las necesidades del pueblo y la actividad del Estado. Barrio Adentro ha insinuado un nuevo camino que incluso debe superarse a si mismo. Se trata de quedarse barrio adentro, se trata de sembrarse dentro, se trata de que la gente asuma su propio destino, que el médico y el consultorio popular sea facilitador, impulsor, pero nunca líder único.
Se trata de que las necesidades reales de la gente tengan una expresión concreta en nuestros programas de salud. Se trata de que estos sean determinados por las necesidades de la gente y no al contrario. La lucha por resolver los problemas de la población detectados por la ciencia y la técnica deben estar supeditados a la comprensión y apropiación por parte de la gente de esa lucha.
No es que la gente hace lo que nosotros digamos porque somos los que sabemos sino que se produce un intercambio, un acuerdo entre lo que nosotros vemos y la gente no ve y lo que la gente ve que nosotros no vemos. Entre la forma como lo vemos nosotros y la forma como lo ve la gente.
Hacer visibles social, técnica y políticamente los problemas de salud prioritarios, hacer institucionalmente pertinentes las necesidades de la gente son dos de las estrategias que necesitamos desarrollar.
La discusión e identificación colectiva de los problemas y sus soluciones, la formación ideológica y técnica.
¿Quiénes se interesan por estos temas en los barrios? ¿Quienes integran los Comités de salud?... En su mayoría MUJERES. ¿Por qué?, porque es una forma de transferencia de poder. ¿Por qué la enfermeras son más mujeres que hombres?¿Qué peso tiene la madre en la salud de su familia e hijos?.
¿Quiénes son escépticos o se sienten amenazados?. Los Directores y Directoras Regionales de Salud, los jefes de programas, l@smédic@s, l@s enfermer@s, los técnicos de la salud en general, el personal de ambulatorios y hospitales.
Uno de los desafíos a enfrentar es lograr impacto real sobre el perfil de salud del país con acciones fuera de los establecimientos de salud, en los territorios sociales y demás espacios donde transcurre la vida cotidiana de la gente. Para ellos deben definirse claramente la asociación de actividades a metas precisas, tanto intermedias como finales
Lo organizacional. Autonomía versus direccionalidad
Existe el planteamiento de que los comités de salud deben sentir pertenencia con el MS, el cual debe facilitar, apoyar, reforzar su accionar diario. No se trata de una dependencia sumisa, pero tampoco una autonomía anárquica que sirva de pretexto para manipulaciones por intereses diversos.
Es necesaria una clara estructuración de los Comités de Salud y una integración a las políticas de salud del país… ir avanzando en algunos acuerdos organizativos que permitan ir conformando una fuerza nacional.
Proponemos trabajar con las siguientes ideas preliminares y flexibles:
1. Cada territorio social debe tener un comité de salud, por ahora asociado a un consultorio popular (pero no necesariamente) elegido en asamblea de ciudadanos cada año. La Ley de Consejos Comunales nos puede servir para delimitar las áreas donde debe haber un comité de salud: 10 familias en área indígenas, 20 en áreas rurales, de 200 a 400 en las áreas urbanas.
2. Una parroquia, un municipio y/o una mancomunidad de municipios, según su realidad concreta, establecen una coordinación parroquial, municipal o de mancomunidad. Tres organismos funcionarían: la asamblea de comités de salud, el consejo de coordinadores de comités de salud y la coordinación parroquial, municipal y/o de mancomunidades.
3. Las mancomunidades son estructuras intermedias para el fortalecimiento organizacional y el logro de intereses mutuos
4. Después habría una coordinación regional escogida por la asamblea de coordinaciones parroquiales y/o municipales en consulta con la asamblea de coordinadores de comités de salud.
5. Luego habrían organizaciones inter o sub regionales según las posibilidades y realidades concretas, igualmente con carácter intermedio
6. Finalmente habría una coordinación nacional escogida por los equipos regionales
Las coordinaciones parroquiales, municipales, mancomunidades, regionales, sub regionales y nacional son facilitadoras y no representativas ni de elección popular. Sólo serían entes coordinadores que tendrían fuerza propia en la medida en que la hegemonía determinada por dirección intelectual y moral lo genere. Los únicos organismos realmente representativos porque surgen de elección popular son los comités de salud, las asambleas de comités de salud. Los consejos de coordinadores de comités de salud no siendo plenamente representativa es la organización de comités de salud de mayor representatividad de los intereses de la gente en un determinado territorio.
DVMSC 03/05/06
No hay comentarios:
Publicar un comentario