jueves, 23 de septiembre de 2010

Sobre comunicación en salud

“La noticia es que un hombre muerda a un perro,
no que un perro muerda a un hombre”
Dicho periodístico

Una de mis hermanaa de vida y sueños ha estado leyendo estas reseñas y nos sugirió escribir sobre este asunto. Realmente no me siento capacitado para hablar del tema, creo que ella, que es experta en el área, debería escribir sus ideas y sumarlas a estas notas y la he invitado a hacerlo. Sin embargo, mientras se decide, me voy a atrever a hacer comentarios, algunos de los cuales hicimos  en otras oportunidades.

Algunas vivencias:

•    En 1994 la conocimos cuando trabajaba en el programa de VIH-SIDA del entonces Ministerio de Sanidad. Con ella asumimos el área de promoción y comunicación de los programas de salud. No tengo claro qué tanto avanzamos en este tema en esa época. Recuerdo que difundimos todo el proceso de repensamiento y la epidemiología de los programas preventivos

•    Luego en 1997-1999 retomamos el tema en el postgrado de Salud Pública de Maracay y creamos un área académica de comunicación en salud que nos permitió hacer una revisión técnico-académica desde diversos ángulos y con actores conocedores del tema. Recuerdo que invitamos a Gloria Coe de OPS y a Leoncio Barrios de la UCV, entre otros

•    Después se encargó de la comunicación del Ministerio de Salud en los años 2000-2001. Allí comenzamos a enfrentarnos a una realidad que parte desde los medios de comunicación, según la cual, en salud lo positivo no es noticia

Algunos casos concretos:

1.    Tragedia de Vargas: en 1999 ocurrió el deslave de Vargas. Un periodista  del Ministerio de Salud nos entrevistó sobre la situación epidemiológica a propósito de la tragedia. Indicamos que no habían problemas epidemiológicos en la zona de desastre. Nos preguntó además cómo estaba el paludismo en Venezuela. Informamos que teníamos un incremento de casos en el Estado Bolívar, en el otro extremo del país. Al otro día todos los periódicos titularon: EPIDEMIA DE PALUDISMO EN VENEZUELA, lo cual obviamente fue relacionado por los medios con el desastre natural ocurrido en ese momento en el Estado Vargas. Nos llamaron incluso de la BBC de Londres para que habláramos del tema. El Presidente de la República le llamó la atención al Ministro y este a nosotros. El Ministro estuvo a punto de decidir que sólo él iba a declarar a la prensa
2.    La enfermedad de la Vacas Locas: en el año 2000 a una señora le fue diagnosticada una enfermedad degenerativa cerebral que, aparentemente un médico le dijo era la enfermedad de las vacas locas que recientemente había ocurrido en Europa por ingestión de carne de bovino contaminada. Una hija de la señora se dirigió a los medios de comunicación y diversos organismos a denunciar la situación. Una periodista de uno de los periódicos nacionales más importantes,  se tomó a pecho la noticia y se dedicó a difundir el asunto. El tema generó alarma en la población y fue amenazado el consumo de carne en el país. El estudio epidemiológico del caso rápidamente descartó que se tratara de un problema de este tipo. Sin embargo, la alarma generada, obligó a hacer estudios especiales que confirmaran, incluso con exámenes realizados a muestras de la paciente en EEUU, que no se trataba de esta enfermedad
3.    VIH-SIDA: a finales del año 2000, estaba encargado como Vice Ministro de Salud de este Ministerio y me dispuse a cumplir con una pauta periodística establecida por nuestra dirección de comunicación, para exponer en el canal del Estado los avances en el impulso de las políticas de salud durante el año. Me preparé para el tema. Cuando iba en camino a la televisora noté que en la invitación se referían al tema de VIH-SIDA. Llamé a la directora de comunicación y le pedí una explicación al respecto. En efecto era un programa para tratar el tema de SIDA. Rápidamente solicité información sobre el tema y me dispuse a ir a la entrevista. Nos recibió una periodista que había invitado también a representantes de ONGs del tema. Nos defendimos como pudimos, incluso la periodista en los espacios para publicidad bromeó  que no nos iban a acorralar sobre el tema. Obviamente esta, simpatizaba más con los planteamientos críticos de las ONGs que con la versión nuestra que representaba el gobierno. El incidente provocó una fuerte discusión entre nosotros y nuestra dirección de comunicación

Esto nos llevó a reflexiones, algunas de las cuales están plasmadas en el siguiente escrito referido a un momento de la gestión en el que debatimos sobre el tema:

A las compañeras y compañeros de la Dirección de Comunicación Corporativa:

Al leer su escrito REFLEXIONES PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA POLÍTICA COMUNICACIONAL, he decidido escribir estas líneas.

Creo que el trabajo realizado hasta ahora en esa Dirección ha sido altamente productivo. Dicen que los problemas nunca desaparecen sino que se modifican. Cuando uno resuelve uno aparece otro o cuando tiene un logro aparecen nuevos problemas, inquietudes, retos.

Ese es el caso de nuestra Dirección de Comunicación Corporativa, que al obtener logros indiscutibles se nos presentan nuevos retos.

Como ustedes saben yo he sido un aliado, un actor y a la vez un crítico de nuestra política comunicacional. Aprovecho para aclarar que siempre que estamos haciendo un conjunto de actividades en un campo determinado es porque existe una política al respecto aunque no esté expresamente descrita. Por lo tanto nosotros tenemos una política comunicacional. Se trata entonces de evaluarla para reformularla en lo que consideremos debe modificarse.

Me parece que este escrito fue hecho en un momento en el que privó la parte reactiva sobre la reflexiva. Creo que se sienten agredidas(os), señaladas(os) o no comprendidas(os) en sus posiciones. Siento que es un escrito defensivo y como tal agresivo hacia las posiciones críticas que algunos tenemos a algunos aspectos de nuestra política comunicacional.

Quiero hacer algunos señalamientos con el ánimo de contribuir al debate sobre el tema y que podamos avanzar en tener una política comunicacional cada vez mejor.

1.    En materia de política social en general y de salud en particular, lo que tiene más difusión son las malas noticias. Las buenas noticias tienen poca cobertura en los medios. Es algo parecido como lo relativo a la seguridad ciudadana. Las malas noticias son las noticias, las buenas noticias no son noticias. Por ello la política comunicacional de un ente encargado como nosotros de un área como esta debe tener claro que no tendrá mucho espacio espontáneo para dar a conocer sus políticas sino que siempre estaremos a la defensiva frente al énfasis que se hace en lo negativo del tema. Esto requiere tener una clara política frente a los medios que no sea únicamente estar sujeto a las líneas editoriales de los mismos y acudir a espacios a los que somos sometidos a la dinámica dictada por otros y a nosotros nos queda únicamente reaccionar a la iniciativa de ellos sin tener ninguna o pocas posibilidades de exponer y defender claramente nuestra políticas. Al respecto es bueno destacar la política de difusión de nuestras posiciones que el Ministro ha venido ejecutando a través de remitidos públicos donde podemos con toda libertad exponer nuestras posiciones. Frente a esta realidad creo que tenemos que tener una política comunicacional que nos permita a nosotros tener la iniciativa y exponer claramente nuestras posiciones. Ello nos debe llevar a desarrollar una política en la cual en lo posible actuemos en nuestro terreno y no vayamos a espacios donde exista una alta probabilidad de ser sometidos a una dinámica desventajosa para la difusión de nuestras posiciones aún cuando tengan un gran rating. Eso no significa satanizar esos espacios sino trazar estrategias que nos permitan la posibilidad de exponer con claridad nuestras políticas. Una posibilidad que tenemos es utilizar más los medios  del Estado en espacios propios del Ministerio. ¿Por qué nosotros no producimos por ejemplo programas de opinión de radio y televisión donde invitemos gente que hable en positivo del área social y de salud, que oriente, eduque, etc.?
2.    Otro problema que tenemos es que muchos de los Directores eluden las entrevistas de prensa. Esto tiene que ver con lo anterior, a lo que se suma el hecho de que la mayoría no tiene experiencia y entrenamiento para manejarse frente a los medios, máxime cuando muchos técnicos, directivos o no del Ministerio, no conocen ni manejan suficientemente nuestra políticas y temen ser sorprendidos con una pregunta que no sepan responder o respondan inadecuadamente con las consecuencias externas e internas que ello tendría. Esto requiere un trabajo expreso de nuestra Dirección de Comunicación Corporativa y de todo el equipo Directivo del Ministerio que cree un clima de confianza mínimo para superar esta situación. No creo que el problema principal sea que la gente se niegue a dar información para acapararla. Esto puede existir, pero insisto, no creo que sea el problema principal. Para mi el problema mayor es la incertidumbre en la que nos estamos moviendo en nuestra política comunicacional. Hay que definir reglas de juego claras, difundirlas ampliamente y entrenar a la gente para cumplirlas.
3.    En tercer término creo que todo lo anteriormente expresado se refiere a una política de medios y no de comunicación. Una política de comunicación debe ser mucho más amplia. Se que hemos hecho bastante al respecto, pero creo que es apenas el inicio de una integral y verdadera política comunicacional. ¿Cómo comunicamos nuestros lineamientos político-estratégicos? ¿Cómo hacemos comunicación para el desarrollo social? ¿Cómo hacemos comunicación para la salud, para la promoción y prevención? ¿Cómo hacemos comunicación para los públicos externos e internos de todo el país?

VMS 01/01/01
Recuerdo que el planteamiento que hacíamos a las compañeras de la Dirección de Comunicación estaba referido a que permanentemente estábamos reaccionando a políticas comunicacionales de otros actores o medios de comunicación interesados en difundir algún asunto con fines para nada relacionados con el avance o la mejoría de las políticas de salud del país, sino más vinculadas a la lucha política por el poder del Estado

•    Posteriormente en 2003-2004 con el Director de comunicación del Ministerio de Salud de la época, logramos posicionar muy bien el Plan Nacional de Vacunación del año 2004, mediante una campaña comunicacional exitosa. Este Director, que era además un político avezado, logró apoyo del ministerio de comunicación que nos permitió alguna presencia  en los medios del Estado para ese tema en particular

•    En los años 2005-2007, de nuevo la compañera antes mencionada dirige la comunicación del MS. La política comunicacional consistía en monitorear las matrices de opinión adversas que se trataban de implantar, para desmontarlas difundiendo nuestras visiones respecto a los temas. Por otra parte se escogían temas prioritarios a difundir y se posicionaban en los medios. Fue particularmente importante Barrio Adentro II, plan de radioterapia oncológica y  vacunaciones. En no pocas ocasiones tuvimos que comprar nuestros propios espacios en la prensa para responder a verdaderas campañas adversas que surgían de sectores políticos de oposición al gobierno o de algún medio de comunicación. En este sentido el caso más destacado fue el de un medio de circulación nacional que quiso convertir un brote por leptospirosis en el Estado Carabobo, en un problema de salud pública, calificándolo como extraño mal. Nos vimos obligados a comprarle un espacio a ese mismo medio para aclarar el asunto. También nos vimos en la necesidad de exponer claramente nuestro criterio mediante un espacio exclusivo comprado, frente a un brote de sarampión surgido en 2006 y que trató de convertirse en un problema mayor de lo que era, por la acción mediática. El apoyo del área comunicacional del gobierno para salud fue bajo en este período. No logramos situar el tema entre sus prioridades

•    Posteriormente en el INN, a partir de 2006, pudimos ver que con pocos recursos se ha logrado una política comunicacional institucional y de carácter educativo que ha tenido presencia importante, principalmente en medios del Estado y con otras estrategias masivas de tipo publicitario o de comunicación alternativa, que ha generado un impacto importante en lo político, en lo institucional y en lo educativo

Conclusiones:

El debate está abierto. Tenemos conciencia de que estas notas son incompletas y muy preliminares, pero el tema es de mucha relevancia y tenemos que abordarlo. A continuación puntualizamos algunas cosas:

1.    Una cosa es una política de medios y otra es una política comunicacional. La primera es sólo una parte  de la segunda
2.    Normalmente los medios de comunicación sean públicos o privados, tienen políticas que ubican el tema salud en negativo o no lo consideran prioritario, por lo cual si no se tiene una política específica y vigorosa desde el sector salud, que se base en espacios comunicacionales propios, no es posible direccionar la política hacia las prioridades establecidas
3.    Los medios de comunicación masiva y la televisión en particular son cruciales para las estrategias informativas y educativas en salud, pero es posible mediante otras estrategias convencionales o alternativas, impulsar estrategias comunicacionales más amplias, integrales y positivas con respecto a la salud y la calidad de vida, que se sustenten en la partcipación protagónica del pueblo organizado

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