La gerencia o
administración pública y las ciencias sociales:
La gestión pública, denominada en principio como administración pública y luego como gerencia pública, ha pasado por diferentes etapas en la historia, que no son casuales. Se trata de una labor profundamente afectada por la acción social que implica la relación interhumana, máxime si se trata del área social de la gestión pública donde el “objeto” de trabajo no es un objeto sino un sujeto individual y colectivo, es decir, en el área de infraestructura por ejemplo el asunto es transformar materiales de construcción (cemento, cabillas, etc.) en obra material para fines sociales, pero en el área social de la gestión pública se trata de atender, mejorar, transformar personas en función de sí mismas como colectivo social. “personas que cuidan de personas” reza un slogan de una aseguradora privada.
Por estas razones desde siempre la labor gerencial o la función de dirigir, por mencionarla de una manera, estuvo ampliamente influida por las ciencias sociales. La sociología, la antropología, la psicología, las ciencias políticas, etc. han sido disciplinas siempre aludidas cuando se trata de la labor gerencial en general y más aún si se trata de la gestión pública.
Pero las ciencias sociales en sus inicios fueron fuertemente influidas por la lógica de las ciencias naturales y los conceptos sociales de las primeras épocas eran tan “duros” como la matemática, la química, la física y la biología. Donde todo está predeterminado y donde de lo que se trata es de “entender” o “explicar” los fenómenos a través de teoremas, fórmulas o determinaciones biológicas establecidas.
Por ello los conceptos para la gestión pública fueron siempre establecidos como herramientas instrumentales para el manejo de asuntos o situaciones predeterminadas que mientras más “técnicamente” se maneje, es decir, con mayores conocimientos tecnocientíficos, más sencilla es. Es por eso que frecuentemente el gerente o gestor público, cuando se enfrenta con los avatares de la política, suele decir, “yo no soy político, yo soy técnico”. La primera disciplina que invadió la gestión pública fue la administración, hasta el punto de que el ámbito público fue denominado desde entonces como “administración pública”.
Esto se hizo más patente desde que se inicia la era informática y el ser humano consideró más aún que toda intervención humana puede ser manejada y controlada por máquinas que han llegado a ser supuestamente tan inteligentes o más, que el ser humano.
Nada más apartado de la realidad. Los asuntos interhumanos desde siempre le han planteado a los líderes o gerentes, desafíos, donde los conocimientos técnicos y científicos “duros”, no le han sido suficientes y desde un principio comenzó a expresarse una versión “blanda” de la ciencia social que pugnaba con la ciencia natural por explicar o contribuir a comprender situaciones complejas de manejar. La teoría de las relaciones humanas fue una de las primeras expresiones de esta lucha.
Luego surgió la planificación como disciplina que también se hizo insuficiente para abarcar toda la complejidad de la gestión pública. La planificación que surgió como disciplina para flexibilizar la visión administrativista, rápidamente se convirtió en una disciplina para especialistas elaboradores de libros-planes, lo cual impidió superar las limitaciones que se quisieron superar y de allí por la influencia de aspectos de otras ciencias sociales, particularmente las ciencias políticas surgió la denominada planificación estratégica o planificación situacional, muy influida por el marxismo, tratando de ser más abarcativa y centrándose en el intercambio y/o confrontación de actores con poder, pero en nuestra opinión esta también se instrumentalizó.
Surge el llamado Pensamiento Estratégico, que comienza a rescatar la visión de las ciencias sociales de la escuela de Frankfurt, sobre todo Habermas lo cual pone en primer lugar el tema de la interacción humana en escenarios de poder fragmentado, donde ya se supera la visión estratégica de confrontación con base en el poder acumulado por los diversos actores, en función del éxito y agrega el concepto de la acción comunicativa, ya no orientada al éxito sino al entendimiento. Habermas habla de acción instrumental como una acción no social (es decir de un sujeto con un objeto) y de acción estratégica (orientada al éxito) o acción comunicativa (orientada al entendimiento), como formas de acción social, es decir entre sujetos.
De aquí nos fuimos por la revisión de las nuevas teorías sociales, que Giddens llama “sociologías comprensivas”, que nos llevaron entre otras, a la hermenéutica moderna y a la ética como aspectos fundamentales del tema gerencial de lo público.
El tema ético:
Es conocida la expresión “ponte en su lugar” que describe Fernando Savater en su libro Ética para Amador, donde lo explica con una situación imaginaria que le ocurre a Robinson Crusoe en su confinamiento forzado en una Isla desierta, cuando se consigue con una huella humana:
“…Ante los elementos o las bestias, Robinson ha podido comportarse sin
atender a nada más que a su necesidad de supervivencia. Se trataba de ver si
podía con ellos o ellos podían con él, sin otras complicaciones. Pero ante
seres humanos la cosa no es tan simple. Debe sobrevivir, pero ya no de
cualquier modo. Si Robinson se ha convertido en una fiera como las
demás que rondan por la selva, a causa de su soledad y su desventura, no se
preocupará más que si el desconocido causante de la huella es un enemigo a eliminar
o una presa a devorar. Pero si aún quiere seguir siendo un hombre... Entonces
se las va a ver no ya con una presa o un simple enemigo, sino con un rival o
un posible compañero; en cualquier caso, con un semejante.
Mientras está solo, Robinson se enfrenta a cuestiones técnicas,
mecánicas, higiénicas, incluso científicas, si me apuras. De lo que se trata
es de salvar la vida en un medio hostil y desconocido. Pero
cuando encuentra la huella de Viernes en la arena de la playa empiezan sus
problemas éticos. Ya no se trata solamente de
sobrevivir, como una fiera o como una alcachofa, perdido en la naturaleza;
ahora tiene que empezar a vivir humanamente, es decir con otros
o contra otros hombres, pero entre hombres. Lo que hace
<humana> a la vida es el transcurrir en compañía de humanos, hablando
con ellos, pactando y mintiendo, siendo respetado o traicionado, amando,
haciendo proyectos y recordando el pasado, desafiándose, organizando juntos
las cosas comunes, jugando, intercambiando símbolos...”
Fernando Savater.
Ética para Amador
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La ética pone en el tapete una visión más horizontal que la clásica visión estratégica que mide a las personas o grupos por el poder acumulado en juego en los escenarios sociales. Acá se colocan a todas las personas en condiciones idénticas de “semejantes”, lo cual se contrapone a la visión jerarquizada y desigual de una confrontación o alianza por el logro de objetivos diferentes, contrapuestos la mayoría de las veces.
Explicar vs comprender:
Surge el concepto de comprensión en las nuevas ciencias sociales, en contraposición a la explicación científica naturalista, que en sus inicios también fue adoptada por las ciencias sociales. Según las ciencias naturales, se trata de “entender” o “explicar” fenómenos predeterminados que existen en el universo y que mediante preceptos científicos son conocidos por los expertos en contraposición a la visión del lego que funciona sólo con su sentido común, el cual no llega a explicar la esencia del fenómeno.
Las nuevas ciencias sociales plantean el término comprensión (verstejën), para fenómenos cuyo abordaje no es suficiente con una explicación naturalista, ya que los mismos son indeterminados o impredecibles y exigen una visión que considere la mirada o versión del lego como actor fundamental de su propio problema, fenómeno o situación.
En los fenómenos sociales, al concepto de sentido común se le contrapone el de saber mutuo, según el cual el saber del lego es un saber pertinente que debe ser considerado por el experto a la hora de abordar los fenómenos sociales. De allí surge el concepto de hermenéutica cero para el saber del lego y hermenéutica 1 para el saber del experto, con el criterio de que la hermenéutica 1 no puede avanzar sin considerar la hermenéutica cero del lego, actor protagonista del hecho o fenómeno social, con una capacidad comprensiva tan válida e importante como la del experto.
Lo estratégico vs lo intersubjetivo:
Conceptos como estos nos llevaron a confrontar la visión estratégica, como versión que sólo se maneja en términos de confrontación entre planes u objetivos diferentes, manejando las cuotas de poder acumuladas por cada actor, con la versión intersubjetiva más allá de lo meramente estratégico, que se plantea la pertinencia de los planes, objetivos o intereses de los otros actores, donde el escenario no sea sólo de confrontación o de utilización de unos por otros (aliados) para los objetivos propios y donde el poder acumulado no sea el único y ni siquiera el principal factor en juego para el establecimiento de una relación social.
Un ejemplo:
En una ocasión nos encontrábamos como parte del equipo de gestión en un escenario público del ámbito estadal de salud. Se plantea el problema de las relaciones laborales con los diversos grupos humanos que confluyen en el sector salud. Había entonces diversos grupos que luchaban por sus intereses y reivindicaciones laborales: obreros, médicos, enfermeros, técnicos radiólogos, bioanalistas etc. Al debatir sobre los distintos grupos y los diversos escenarios, un actor clave del equipo opinó enfáticamente algo así: “con las enfermeras no tenemos problemas, con ellas no hay que ceder ni tomar mucho en cuenta sus reclamos o aspiraciones, porque se trata de un gremio que no tiene poder”
Ese es un ejemplo típico de definición de estrategias de gestión en un escenario donde surgen intereses de grupos que forman parte de la gestión, las cuales se define en función del poder que el grupo pueda tener en la opinión pública, en su capacidad de movilización, su conocimiento técnico o en relación a su lugar en el proceso social de que se trata y nunca en función de su condición humana o de la pertinencia o no de sus intereses.
Recordemos que la visión estratégica surge del pensamiento militar, de la guerra y luego se ha trasladado a otros espacios, como el deporte, la política y los negocios por ejemplo. El asunto es que en estos escenarios típicos, siempre hay un ganador y un perdedor y el ganador siempre será el más fuerte en cuanto a acumulación de poder y a capacidad o habilidad estratégica para lograr el éxito.
En muchos de los escenarios de gestión pública, estos conceptos son válidos y necesarios, pero si nos “estrategizamos” más de la cuenta, vamos instrumentalizando también las relaciones interhumanas y podemos terminar deshumanizándonos
Conclusión apresurada:
El punto no es que la tecnocracia sea dañina en sí misma. Obviamente el conocimiento científico de las llamadas ciencia duras, es un componente muy importante y valioso en la gestión social.
Tampoco es que la confrontación estratégica por intereses diferentes o contrapuestos y basada en el poder y fuerza desigual, no sea válida. Por supuesto hay momentos, escenarios y problemas sociales donde esa mirada es válida y hasta necesaria.
La propuesta que defendemos es que no todo está tan determinado y tan definido como para actuar instrumentalmente manejando con experticia equipos o conocimientos “duros” o “manipulando” actores con diversas cuotas de poder. Hay muchos escenarios, fenómenos o problemas, donde los intereses, cursos de acción o posibles salidas no siempre están reducidas a la dominación de unos por otros o al éxito o logros de los objetivos a cualquier costo. Muchas veces uno admite el triunfo del otro o acepta la derrota o se logran objetivos parciales de todos, según se trate el problema y el tipo de actores en juego. Muchas veces quien tiene menos poder estratégico es el que éticamente está en lo correcto. Así que el tema intersubjetivo, comunicativo, de entendimiento o la herramienta comprensiva terminan siendo más importantes y válidos que las expresiones verticales unilaterales, que implican tener muchos recursos de poder o conocimientos técnico-científicos deterministas. Son diversos los factores que confluyen en un fenómeno o situación social para reducirla al conocimiento instrumental e incluso a los recursos de poder en la relación estratégica
Otro ejemplo clásico:
Es conocida la leyenda del rey Salomón cuando dos mujeres se disputaban la maternidad de un niño y este ordenó partir al niño en dos para darle a cada una mitad. Una de ellas estuvo de acuerdo en partirlo en dos, la otra, la verdadera madre, prefirió que se lo dieran a la otra mujer, para que el niño viviera.
En la guerra, en la política o en el juego, el éxito, el triunfo de una de las partes es el hecho fundamental. Pero el triunfo no debe ser a cualquier costo. Incluso hay situaciones, escenarios, momentos o asuntos en la gestión pública donde no necesariamente el triunfo o el logro del objetivo o meta planteado es la única vía posible. Hay múltiples y variadas posibilidades en las que pueden surgir salidas o soluciones donde no necesariamente el actor más fuerte o más hábil logra el éxito total y ya. De acuerdo a la naturaleza del asunto o problema otras muchas posibilidades pueden surgir como válidas, más allá el éxito absoluto de una de las partes.
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