Aurelio Tosta

Conocí a Aurelio Tosta en una época que ya no recuerdo, a instancias de Limin Wu. Aurelio era presidente de la Federación de Bioanalistas y tenía una propuesta de Ley de Salud. Por allá fuimos Limin y yo en La Florida, a su oficina de la   federación en Caracas,  a conversar con él sobre la Ley de Salud.

Luego me lo encontré en el viejo Ministerio de Sanidad, en el año 1994, cuando Carlos Walter fue Ministro. Andaba con varias personas de izquierda: Chiquito León, Oscar Feo, etc. Allí nos hicimos amigos. Formó parte del equipo de control de gestión de Oscar Feo, que lo acompañaba a su relación con los Directores Regionales de Salud.

Cuando Gilberto Rodríguez Ochoa fue ministro, de nuevo Aurelio estaba allí. Fue Director de Contraloría Sanitaria entre otras cosas. Formó también parte del equipo de Gilberto que redactó una propuesta de Ley de Salud.

Luego, cuando Francisco Armada fue Director de Salud Ambiental y Contraloría Sanitaria, coincidimos como parte del equipo de Francisco. Formamos un grupo de reflexión política y de Salud en ese momento, que finalmente se encargó del Ministerio a finales de 2004 hasta Enero 2007 con Armada de Ministro. Aurelio fue Director del Despacho del Ministro.

Al finalizar esa gestión Aurelio se jubiló y siguió la lucha. Estuvo en la directiva  del Instituto Nacional de Higiene. Dio clases en la Universidad Latinoamericana de Medicina. Por allí nos encontramos junto con Alberto Rondón,  asesorando a María León que era Ministra de La Mujer.

En 2013, cuando Armada fue ministro por segunda vez, Aurelio fue Vice Ministro y allí se quedó un tiempo, incluso luego de la salida de Francisco.

Se enfermó Aurelio y acaba de morir de un cáncer de Hígado. Cuando lo vi enfermo poco tiempo antes de morir, me dijo que esa gestión luego de la ida de Francisco, fue muy dura para él.  Fue muy dolorosa su muerte prematura, pero nos consuela que su vida fue plena e intensa.

Aurelio decía, “yo no soy noqueador, yo soy aporreador” ¡¡y miren cuánto aporreó a los negadores de la vida!! ¡¡Y cuánto construyó salud y vida!!

¡¡Hasta siempre Aurelio!!