martes, 9 de febrero de 2016

La lucha de Hugo Apolinar



Conocí a Hugo en El Vigía, Estado Mérida, a mediados de los ochenta cuando me dedicaba a la labor política y social. En ese momento vivía con su familia en Culegría a las afueras de El Vigía, en una pequeña finca que había adquirido a mediados de los setenta, luego de  vivir unos años en  Caracas, donde trabajó un tiempo.

Hugo es nativo de Las Lagunas, cerca de Hernández Estado Táchira, limítrofe con Zea, Estado Mérida. De allí también es Carmen Márquez, su esposa, a quien conoció en Caracas. Es el menor de una familia extendida de unos doce hermanos. En el próximo mes de Abril cumplirá 70 años.

Hugo está instalado en la zona de El Vigía desde hace 40 años. En la finca de Culegría crió a sus hijos Levy, Lory, Franly y Carlos, que es sobrino de Carmen y se crió con ellos como uno más de sus hijos. Se dedicó a la producción lechera, de lo cual ha vivido todos estos años.

Es un hombre de ideas progresistas. De izquierda desde joven, líder vecinal de Culegría, nos conocimos en la Cámara Municipal de El Vigía, cuando yo cumplía funciones de concejal, en una lucha por el transporte para su comunidad. En esa oportunidad, el jefe del Sindicato de Transporte, miembro del partido gobernante, lo mandó a callar y yo como miembro de la Comisión de Servicios Públicos de la Cámara Municipal, le di la palabra.

Desde ese momento hicimos una estrecha amistad familiar, siempre cargada de encuentros y reflexiones sobre la salud (fue naturista), la política y la vida. Son incontables los momentos agradables que vivimos en Culegría su familia y la mía y es muy estrecha la relación casi familiar entre ellos y nosotros. Los aprendizajes mutuos en nuestras conversaciones y reflexiones en todos estos años se pierden de vista.

Desde hace unos años vive en El Vigía y yo en Valencia. Nos vemos poco, pero nunca hemos perdido contacto. Algunas veces lo visito en su casa de El Vigía y alguna vez el nos ha visitado en Valencia.

El 27 de Julio del año pasado lo visité y lo encontré un poco débil de salud, aunque no formalmente enfermo. Sospechamos que podía haber algo maligno en abdomen y ese día empezó esta última lucha de Hugo, en la que nos encontramos en este momento.

Comenzó a hacerse sus exámenes y rápidamente se supo que tenía un tumor abdominal, retroperitoneal, que resultó ser un Liposarcoma. Fue intervenido quirúrgicamente el 26 de Septiembre pasado y luego ha tenido algunas complicaciones serias, que han requerido dos cirugías más, la última el pasado 07 de Enero. Hoy está convaleciente de su ultima cirugía, preparándose para terminar su radioterapia, que había comenzado en Diciembre y tuvo que interrumpir, por la última complicación que lo llevo de nuevo al quirófano.

Su familia y la mía nos hemos unido mucho más en esta nueva circunstancia y hemos­­­­­ vivido muy de cerca con el esta nueva vivencia, que se podría decir, ha sido la lucha más dura de su vida, que ha sido toda de esfuerzo y lucha, con logros muy significativos, como lo es tener una hermosa familia que ha sido uno de sus bastiones en este nuevo desafío.

Ha sido para todos una experiencia  y aprendizaje de vida únicos que nos fortalece y nos une afectivamente.

Su vida de trabajo y lucha constante, su disciplina y recato en cuanto a su salud, le han permitido tener un cuerpo y una mente fuertes, que le han ayudado enormemente a enfrentar esta dura situación, con éxito hasta hoy. Su familia y sus amigos cercanos, todo construido por varios, pero con él como protagonista principal, son   otras de las fortalezas que le han permitido dar esta nueva lucha de una manera ejemplar y llena de enseñanzas de vida.

Por supuesto, médicos venezolanos de inmejorable calidad y humanidad, han dado todo de sí para enfrentar tan dura situación junto a su familia y amigos.

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