Conocí a Hugo en El Vigía,
Estado Mérida, a mediados de los ochenta cuando me dedicaba a la labor política
y social. En ese momento vivía con su familia en Culegría a las afueras de El Vigía,
en una pequeña finca que había adquirido a mediados de los setenta, luego de vivir unos años en Caracas, donde trabajó un tiempo.
Hugo es nativo de Las Lagunas,
cerca de Hernández Estado Táchira, limítrofe con Zea, Estado Mérida. De allí también
es Carmen Márquez, su esposa, a quien conoció en Caracas. Es el menor de una
familia extendida de unos doce hermanos. En el próximo mes de Abril cumplirá 70
años.
Hugo está instalado en la
zona de El Vigía desde hace 40 años. En la finca de Culegría crió a sus hijos
Levy, Lory, Franly y Carlos, que es sobrino de Carmen y se crió con ellos como
uno más de sus hijos. Se dedicó a la producción lechera, de lo cual ha vivido
todos estos años.
Es un hombre de ideas
progresistas. De izquierda desde joven, líder vecinal de Culegría, nos
conocimos en la Cámara Municipal de El Vigía, cuando yo cumplía funciones de
concejal, en una lucha por el transporte para su comunidad. En esa oportunidad,
el jefe del Sindicato de Transporte, miembro del partido gobernante, lo mandó a
callar y yo como miembro de la Comisión de Servicios Públicos de la Cámara
Municipal, le di la palabra.
Desde ese momento hicimos
una estrecha amistad familiar, siempre cargada de encuentros y reflexiones
sobre la salud (fue naturista), la política y la vida. Son incontables los
momentos agradables que vivimos en Culegría su familia y la mía y es muy
estrecha la relación casi familiar entre ellos y nosotros. Los aprendizajes
mutuos en nuestras conversaciones y reflexiones en todos estos años se pierden
de vista.
Desde hace unos años vive en
El Vigía y yo en Valencia. Nos vemos poco, pero nunca hemos perdido contacto.
Algunas veces lo visito en su casa de El Vigía y alguna vez el nos ha visitado
en Valencia.
El 27 de Julio del año
pasado lo visité y lo encontré un poco débil de salud, aunque no formalmente
enfermo. Sospechamos que podía haber algo maligno en abdomen y ese día empezó esta
última lucha de Hugo, en la que nos encontramos en este momento.
Comenzó a hacerse sus exámenes
y rápidamente se supo que tenía un tumor abdominal, retroperitoneal, que
resultó ser un Liposarcoma. Fue intervenido quirúrgicamente el 26 de Septiembre
pasado y luego ha tenido algunas complicaciones serias, que han requerido dos cirugías
más, la última el pasado 07 de Enero. Hoy está convaleciente de su ultima cirugía,
preparándose para terminar su radioterapia, que había comenzado en Diciembre y
tuvo que interrumpir, por la última complicación que lo llevo de nuevo al quirófano.
Su familia y la mía nos hemos
unido mucho más en esta nueva circunstancia y hemos vivido muy de cerca
con el esta nueva vivencia, que se podría decir, ha sido la lucha más dura de
su vida, que ha sido toda de esfuerzo y lucha, con logros muy significativos,
como lo es tener una hermosa familia que ha sido uno de sus bastiones en este
nuevo desafío.
Ha sido para todos una
experiencia y aprendizaje de vida únicos
que nos fortalece y nos une afectivamente.
Su vida de trabajo y lucha
constante, su disciplina y recato en cuanto a su salud, le han permitido tener
un cuerpo y una mente fuertes, que le han ayudado enormemente a enfrentar esta dura situación,
con éxito hasta hoy. Su familia y sus amigos cercanos, todo construido por
varios, pero con él como protagonista principal, son otras
de las fortalezas que le han permitido dar esta nueva lucha de una manera
ejemplar y llena de enseñanzas de vida.
Por supuesto, médicos
venezolanos de inmejorable calidad y humanidad, han dado todo de sí para
enfrentar tan dura situación junto a su familia y amigos.
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